fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl/2009/08/27/fun-palace-un-proyecto-no-realizado/
1_Fun Palace (1961-1972)
2_London Zoo Aviary (1958)
3_Think belt (comenzado en 1964)
Cedric Price (11-09-1934 // 10-08-2003) fue un arquitecto inglés, así como influyente profesor y escritor de arquitectura.
Rem Koolhaas dijo de él: «Cedric es un príncipe que intenta convertirse
desesperadamente en una rana», lo contrario de la historia unida, como
un arquetipo, a la niñez.
Ha sido una de las figuras más influyentes en la
arquitectura actual. Muy cercano a las propuestas utópicas de Archigram y Yona
Friedman, con sus propuestas en las que siempre resaltó la importancia de la
flexibilidad en el diseño arquitectónico, logró posicionarse también como un
teórico importante de la segunda mitad del siglo XX, que escribió poco pero
predico con sus ideas.
Sus proyectos representaban una adaptabilidad
extrema, siempre pensando en la posibilidad de que su uso cambiase de forma
impredecible. Pero sin lugar a dudas, uno de sus proyectos más importantes fue
el Fun Palace (Palacio de la Diversión), diseñado en colaboración con la
directora de teatro Joan Littlewood entre 1961 y 1972 y que proponía unas
escenas sin precedente para interactuar con el entorno urbano, que dieron como
resultado un edificio que, en cada una de sus partes, respondía adecuadamente a
las necesidades de sus visitantes. Esencialmente “re-programable”, el Fun Palace
se adelantó a su tiempo al mostrar un interés y apoyarse ampliamente en las
nuevas tecnologías. Lamentablemente fue un proyecto incomprendido y en 1974 su
propuesta fue rechazada por última vez.
1_Fun Palace (1961-1972)
El diseño se basa prácticamente en un sistema de andamios y pasarelas
móviles, junto a muros también móviles, todo enlazado mediante un
sistema virtual que permitía reorganizar el programa de acuerdo al flujo
de la gente. Otro aspecto realmente innovador por aquellos años, ha
sido la visión de como adaptar y reutilizar espacios abandonados en
zonas básicamente industriales, para reconvertir su uso hacia espacios
culturales, algo muy común en la actualidad. Diseñado con una capacidad
para 55,000 personas, el único elemento fijo era una gran red con 75
torres de acero que se levantan sobre una gigantesca base horizontal y
que al cabo de 10 años sería desmontada, dejando el espacio disponible
apara futuros proyectos. El Fun Palace era un homenaje a la cultura de
lo efímero, una enorme máquina para las fuerzas creativas por el que
Littlewood y Price trabajaron largos años sin éxito.
Para el desarrollo de estas propuestas se trabajaron una serie de
maquetas y sobre todo dibujos que hacían énfasis en la teoría
Cibernética, los principios del teatro más vanguardista, en los que el
usuario más que un visitante, sería un actor más que participaría
activamente en las actividades del edificio. Un espacio público y social
en el Londres de los años 60s.
En el diseño del Fun Palace se reconoce un trabajo realizado por el
placer de diseñar, de investigar, de soñar. Tal como en la gran mayoría
de proyectos utópicos, que se diseñaban como arquitectura sin encargo,
una práctica habitual en esos momentos y que ahora es el centro de
diversas discusiones acerca de la profesión. Como el mismo comentaba:
“Designing for delight and pleasure should very seldom be seen to
happen, and must encompass—indeed nurture—doubt, danger, mystery and
magic.”
Price se llamaba a sí mismo el anti-arquitecto y su visión
revolucionaria de una profesión que debía cambiar y evolucionar al ritmo
que la sociedad cambiaba era radical y novedosa, cuando los años
previos y bajo la influencia del modernismo, la arquitectura se había
colocado en el imaginario colectivo como una disciplina sólida y
únicamente desarrollable en manos de los arquitectos. Su propuesta era
más amplia y veía al arquitecto como una mezcla de
tecnólogo-sociólogo-diseñador, algo muy cercano a lo que es la
arquitectura en la actualidad. Ya su colaboración con una directora
teatral en lugar de con un grupo de arquitectos habla por si sola en
este aspecto.
El proyecto del Fun Palace se mostraba como paradigma de todos estos
temas, al ir más allá de las fronteras arquitectónicas y desarrollarse
en torno de los aspectos sociales, políticos y culturales.
Mucho se ha conjeturado acerca de la influencia de este proyecto en el diseño de Renzo Piano y Richard Rogers para el Pompidou Centre en 1977, aunque ninguno de ellos ha confirmado nunca nada al respecto.
De alguna manera, muchos ven en el Fun Palace la primera utopía de un
edificio cultural funcionando a la manera de parque o campo de juegos;
una visión también trabajada por Friedman en la misma época. Pero no es
solo el Centro Pompidou un ejemplo de las influencias de Price. Los
actuales centros comerciales que abundad en las periferias de las
grandes ciudades (y cada vez más en los centros de las mismas) repiten
los esquemas planteados hace casi 50 años: Grandes espacios adaptables,
unidos por pasillos abiertos e interminables, estructuras y ascensores
de alta tecnología y utilización de sistemas digitales para su control.
El Fun Palace del siglo XXI.
2_London Zoo Aviary (1958)
fuente: http://tectonicablog.com/?p=73948
VIDEO: http://vimeo.com/39474599
El aviary es una estructura lo suficientemente grande como para
permitir la presencia de árboles, el vuelo libre de los pájaros y la
sensación en quien lo visitaba de que no existía un límite que contenga a
las aves. Una ruta en zigzag lo atraviesa y permite la contemplación
desde arriba, así como desde abajo. Este gran volumen se ha creado
mediante una malla metálica sobre una estructura de cables, que son
estirados por una serie de tetraedros de tubulares de aluminio.
El
funcionamiento del “aviary” se basa en los “tensigrities” dados a
conocer por Fuller ; el primer prototipo de sistema tensegrítico,
denominado “Gleichgewichtkonstruktion”, fue creado por Karl Ioganson en
1920. Estas estructuras se basan en el empleo de componentes aislados
comprimidos que se encuentran dentro de una red tensada continua,
evidenciando el comportamiento al usar cables de acero para las
tracciones y tubulares de aluminio para las compresiones. Una estructura
constituye un sistema de tensegridad si se encuentra en un estado de
autoequilibrio estable, formado por elementos que soportan compresión y
elementos que soportan tracción.
La estructura del aviary son
cuatro tetraedros colgados cada uno de ellos desde dos de sus aristas
más bajas, desde cuatro mástiles que forman dos “uves”. Los tetraedros
son más altos que los mástiles en los que se cuelgan para evitar
confusiones visuales sobre el comportamiento estructural. Los cuatro
extremos superiores de cada mástil se unen entre sí, al igual que las
cabezas de los tetraedros, que también están unidos a los mástiles hasta
formar un conjunto estable que permite unos ligeros movimientos.
3_Think belt (comenzado en 1964)
fuente: http://hacedordetrampas.blogspot.com.es/2010/10/potteries-thinkbelt-de-cedric-price.html
Caducidad,
reciclaje, tecnología, enseñanza, temporalidad, incertidumbre
calculada… Todos estos son aspectos sobre los que nos habla Cedric Price
(1934-2003) en su proyecto Potteries Thinkbelt (PTb), comenzado en
1964. Potteries Thinkbelt (PTb) se trata de una “universidad circular”.
Debía ser un equipamiento de enseñanza superior; una enseñanza que
respondía a las necesidades educativas de la Inglaterra de los años
sesenta, una enseñanza basada en la ciencia y la tecnología. PTb
generaría un campus de 2.800 hectáreas con más de 20.000 alumnos que se
traducirían en 40.000 habitantes para la deteriorada región de North
Staffordshire; convirtiéndose en una gran centro tecnológico y de
investigación. Sin embargo, Price no quería que PTb fuese una
universidad clásica, concepto que él mismo detestaba; sino que entendía
la universidad como una industria de transcendencia nacional que
favoreciese el desarrollo, entendido como producto, de nueva
tecnología. Se trataba de un campus descentralizado, en torno a esta
región inglesa; aprovechando y dando soluciones a lo que eran unas
antiguas alfarerías que funcionaron durante más de 250 años; dispuestas
por todo el territorio, y conectadas por una intacta y serpenteante red
ferroviaria que conectaba ciudades y fabricas en ruinas.
Conecta
de esta manera, una realidad local con el problema nacional de la
enseñanza; dentro del marco de la realidad de la tercera
industrialización; generando una oportunidad potencialmente rica de una
realidad estéril.
Para todo ello, Price comienza utilizando la
redundante red ferroviaria, como infraestructura básica. Crea una serie
de módulos móviles, que serían: las aulas, laboratorios, y unidades
residenciales que irían dispuestas sobre las vías y que operarían a lo
largo del territorio; un “territorio docente”. Estos módulos se
combinarían según las necesidades del momento, agrupados en densidades
funcionales y de temporalidad limitada.
Existirían tres “áreas de
intercambio” donde los módulos móviles podrían abandonar o incorporarse a
las líneas férreas, en función de las necesidades del momento. La
movilidad no sería un simple proceso, sino además, funcionaría como una
herramienta educativa, ya que se pensaba en la posibilidad de unidades
auto propulsadas en las que el trayecto tuviese la duración de una
clase. Las tres vías secundarias, paralelas a la principal, estaría
ocupada por las aulas de mayor tamaño provistas con mesas plegables y
paredes acolchadas. En cuanto a las unidades domesticas estaban pensadas
para poder adaptarse al terreno mediante patas, agrupándose según el
momento o conectándose a una estructura vertical mediante los
módulos-contenedor. En cuanto al desplazamiento de los usuarios, existía
un servicio de ferrobús compatible con otros transportes, como el
coche.
En este proyecto Price trabaja con uno
de sus máximos intereses: la incertidumbre. Cedric Price aprovecha el
desconocimiento que se tienen en cuanto a la variabilidad programática a
lo largo del tiempo y entiende que el arquitecto no tiene porque
adivinar dichas variaciones; por eso comprende que hay que dejar a las
personas la libertad de controlar y conformar su entorno; y elegir los
modos y decisiones; siendo, para Price, el mejor diseño aquel que es
manipulable. También PTb pudo ser un experimento en cuanto al reciclaje,
reciclaje a gran escala aprovechando un producto industrial obsoleto, y
transformándolo en una infraestructura básica de la nueva industria de
la enseñanza. Pero lo realmente meritorio de este proyecto es que pone
en cuestión lo realmente estático en la arquitecta, aspectos
inherentes a la disciplina como el lugar, la permanencia, el diseño
depurativo y la confianza ciega en la planificación; entendiendo de
este modo, la arquitectura con más obligaciones que la de proporcionar
un esqueleto arquitectónico.